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Cómo cuidar la piel del frío: consejos de una especialista para prevenir daños

  • Foto del escritor: descubritudestino
    descubritudestino
  • 8 may
  • 4 Min. de lectura

Con incorporar algunos detalles en la rutina cotidiana, no hace falta gastar tiempo en exceso ni plata en demasía para tener una piel sana.

Las temperaturas y climas extremos son factores a tener en cuenta al momento de pasear, trabajar y salir de casa, sobre todo en actividades que se realizan en espacios al aire libre. En los días frescos, abrigarse bien es fundamental pero también hay que recordar la parte del cuerpo que siempre está expuesta al viento, frío, lluvia y nieve: la piel.


Es fundamental cuidarla en condiciones climáticas extremas para prevenir complicaciones tanto a corto como a largo plazo”, comenta a Descubrí Tu Destino la doctora Paula Daparo (MP 6935 - ME 4330), especialista en Clínica Médica, estudiante de la Especialización en Dermatología e integrante de los equipos del Hospital Provincial Neuquén Dr. Castro Rendon, Hospital Dr. Horacio Heller y Patagonia Skin en el ámbito privado.


De acuerdo a la especialista, en el caso de los climas extremos como el frío intenso y la nieve, y ante cambios bruscos de temperatura ambiental (como sucede al ingresar en ambientes calefaccionados), la piel puede afectarse y volverse más seca, tirante e irritada. Por eso, tanto en otoño e invierno como en primavera y verano es importante tomar los recaudos necesarios para evitar lastimar el órgano más grande del cuerpo humano.


Entre los daños que la exposición sin protección puede generar, Daparo menciona quemaduras solares, irritaciones o dermatitis, así como la aparición de manchas, arrugas prematuras y alteraciones en la textura. “Pero lo más importante es que, con el tiempo, la exposición acumulada al sol sin protección aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de piel”, afirma.


Si bien todos debemos cuidarnos, las personas con enfermedades dermatológicas de base como rosácea, psoriasis, dermatitis atópica, eczemas o piel muy seca son más vulnerables a que el frío y el viento agraven sus síntomas como enrojecimiento, picazón o inflamación. También deben extremar los cuidados los niños y adultos mayores, ya que tienen una piel más fina y sensible”, sostiene.


Winter is coming: a cuidarse se ha dicho

Tener una piel sana es tarea de todos los días. Con incorporar algunos detalles en la rutina cotidiana, no hace falta gastar tiempo en exceso ni plata en demasía para lograrlo. De acuerdo a la doctora, los indispensables son:


  • Realizar baños cortos de entre 5 y 10 minutos con agua tibia, y evitar a toda costa el agua muy caliente porque reseca e irrita la piel.

  • Optar por limpiadores y jabones con un pH similar al de la piel (5). Entre las marcas recomendadas, se encuentran Aveno, Eucerin pH5, Panaderm y Dove. Entre los productos a evitar, cuenta que “no se recomienda el uso de jabón blanco (mal llamado neutro), por que su pH es mucho más alto que el de la piel; tampoco jabones de glicerina ni productos perfumados, ya que pueden alterar la barrera cutánea”.

  • Utilizar una crema hidratante sin perfume una vez terminado el baño para mantener la piel protegida y equilibrada. Entre las opciones numeradas se encuentran Dermaglós, Bagovit y Nivea (de pote azul).

  • Construir una rutina básica de cuidado con los tres esenciales, que en orden de aplicación son: limpieza, hidratación y protección solar. “La limpieza debe adaptarse al tipo de piel: se pueden utilizar geles para mixtas o grasas, y leches limpiadoras o espuma para secas o sensibles. La hidratación es necesaria en todos los casos y se puede optar por gel o crema. Por último, el uso de protector solar es fundamental durante todo el año, especialmente en la nieve, porque la radiación UV se refleja y puede producir quemaduras”, detalla Daparo.

  • En el caso de los niños, hasta los 6 meses se debe evitar la exposición directa al sol. Una vez cumplida la edad, el protector solar es su nuevo mejor amigo.

  • Prestar especial atención a las zonas más expuestas como la cara, labios, orejas y manos. “Son más propensas a la deshidratación, irritación y lesiones, por lo que requieren una hidratación constante, protección solar y barreras físicas como gorros, guantes y bálsamos labiales. Y no olvidarse de los ojos: utilizar lentes/antiparras para protegernos de los rayos UV”, comenta.



¿Por qué usar protector solar todo el año?

¡Porque hay sol todo el año! Si bien cuando hace calor el cuerpo está más expuesto por la escasez de barreras físicas, con temperaturas bajas es igual de importante considerar las zonas que menos se cubren como la cara y manos.

Ya sea en la playa o en la nieve, la radiación UV está presente, y en el caso de la nieve se potencia aún más por el reflejo del sol en la superficie blanca, lo que puede causar quemaduras. Por eso, al realizar actividades como el esquí, es clave aplicar protector solar con FPS 50+ y reaplicarlo cada 2 o 3 horas para mantener una protección efectiva. No sirve colocarlo a la mañana y después no volver a reaplicarlo porque ya no tiene efecto”.


Instagram: @drapauladaparo



Redacción: Agustina López

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