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Con dedicación y pasión, esta familia emprendedora causa furor con sus medialunas artesanales

Marcan una impronta en su producción casera con la receta de hace 30 años atrás. Los dueños proyectan instalarse en Neuquén y ser referentes tanto en la calidad del producto como en la atención a clientes.

Walter Garriga, de 52 años, y Guadalupe Ragognetti, de 37, son los encargados del emprendimiento. Ambos son de Buenos Aires. Su entusiasmo por la gastronomía los llevó a abrir un local de pastas en San José de Adrogué, zona sur de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, en pandemia tuvieron que cerrar. Dada la situación laboral del país, se inclinaron por la elaboración de medialunas artesanales sin saber que tendrían una gran notoriedad.


“Empezamos con pastas, churros, pizzas, empanadas, hasta que dijimos: acá tenemos que formar algo”. Nos encantó la idea de las medialunas. Creemos que tiene muy lindo impacto porque son hechas a la antigua, con todos los pliegues y la materia grasa. El proceso es algo que lleva mucho tiempo de elevado, de producción y acá en casa tenemos el horno, la amasadora. También lo hacíamos a palo cuando nos fuimos a Neuquén. Estuvo muy linda repercusión en la gente” aseguró Guadalupe.

Había que reconvertirse un poco. Yo trabajo bajo relación de dependencia, pero uno no estaba muy seguro si a fin de mes cobraba o no cobraba, ni cuánto. Las cuentas, por más pandemia que había, seguían viniendo. Era medio incierto todo” explicó Walter.


En este sentido, pusieron manos a la obra para elaborar un producto de consumo diario. Con destino a Malargüe, comenzaron a hacer medialunas en un camping solamente con un palo de amasar. Al día siguiente, la gente se dirigió a comprar docenas y docenas de sus productos. En ese momento, Walter y Guadalupe se dieron cuenta que su camino era por ahí.

Con su tráiler, se encaminaron hacia Neuquén, pasaron por Chos Malal y Loncopué. En este último destino, se instalaron once días y tuvieron muy buenas ventas. Realizaban entre 10 y 15 docenas y no sobraba ni una. En la misma localidad, los invitaron a la fiesta del pueblo para participar en enero y, para su sorpresa, les fue excelente.


Conocimos a la organizadora Betina y a través de ella nos contactaron con personas de la Municipalidad. Nos abrieron las puertas tanto del pueblo como de las ferias. Fue algo que realmente nos conmovió y nos incentivó a pulir nuestro proyecto de radicarnos allá, sobre todo en Caviahue con la Fiesta Provincial de la Cerveza. Tuvimos la posibilidad de poner un puesto en conjunto con el compadre de Walter, Gamela, es un restaurante muy tradicional” comentó la emprendedora.


Ambos se especializan en la elaboración artesanal de medialunas dulces de manteca. Como desarrollador de producto, Walter afinó la receta para llegar a un resultado final excelente. Realizó varios tanteos, chequeó las diferentes marcas de harinas, el fermento y demás.

Con respecto a la producción, los emprendedores tienen planificado la cantidad a vender en un fin de semana o en cualquier otro día. De esta manera, el día anterior elaboran la masa de forma artesanal, realizan los cortes en triángulos y los pliegues. Suelen hacer tandas entre 15 a 20 docenas con una duración de trabajo de cuatro horas y media. Luego, dejan reposar en una bandeja para que se eleve. Al día siguiente, cocinan todas las medialunas y las venden hasta terminar el stock.


Producen lo justo y necesario para disfrutar del proceso, mantener la calidad del producto y evitar industrializarlo. Además, disponen de otras obligaciones como la crianza su hija o la labor de Walter.

El furor que causan las medialunas artesanales es inigualable y sueñan con la idea de ser los mejores de Neuquén. En una ocasión, se dirigieron al Salto del Agrio con 16 docenas en mano. Ni siquiera alcanzaron a bajar que ya estaban en boca de todos los presentes. “Nos está yendo muy bien y tenemos muy buenos comentarios. Hacemos lo que sabemos hacer” destacó el emprendedor.

Sin dudas, la cocina ocupa un lugar importante en la vida de Walter y es su pasión más fuerte. “Vengo cocinando de hace más de 35 años. He probado hacer muchas cosas y la verdad que la cocina me apasiona. Estaría todo el día dentro porque, aparte de las medialunas, soy Chef Ejecutivo de una empresa gastronómica bastante importante en Buenos Aires. Hago capacitaciones y desarrollo de producto. Por eso que volví a desarrollar las medialunas de hace casi 30 años atrás, que ya no hay más el mercado. Es más, acá las vendo exclusivas a un lugar y hago una cierta cantidad” comentó.

Uno de los momentos más arduos que atravesaron fue en una feria en Copahue. Tenían todo organizado con medialunas de manteca y alfajores de maicena. Sin esperarlo, llegaron 25 ciclistas y les llevaron todo a primera hora de la mañana. El problema era que la feria empezaba a las dos de la tarde. Por lo tanto, se les complicó el tiempo de producción. A las apuradas, junto con Guada pusieron manos a la obra para tener en stock diez a doce tandas de medialunas y, para tener una opción más, también realizaron bolitas de fraile. Para su fortuna, cumplieron su objetivo y la experiencia dejó muchas anécdotas.

Los emprendedores tienen planes a futuro de instalarse en Neuquén y continuar en el rubro la gastronomía. En este sentido, Walter manifestó: “Estamos viendo en Copahue un restaurancito que se llama Gamela. Ahí estoy demostrando un poquito de las cosas que puedo llegar a hacer. Estuvimos diez días y la verdad es que hubo muy buena recepción de lo que queríamos mostrar. No hay mejor cosa que cuando un cliente viene y lo ves de vuelta. Volvió por la calidad de los productos o la calidad del servicio que podés llegar a dar. Queremos en Gamela que se vea, que sea un referente en eso”.

Asimismo, secretarios de la Municipalidad en Caviahue le ofreció la oportunidad de dictar clases a la gente lugareña.

Por su parte, Guadalupe comentó: “También a seguir conociendo, porque la verdad que nos encantaría que este proyecto siga sobre ruedas, así como llegamos a Neuquén. Si bien tenemos un proyecto de vida allí, nos gustaría dar rienda suelta a las medialunas, a las aves y conocer otros lugares”.


De esta manera, Walter finalizó “Para mí y para Guada es trabajar estando de vacaciones. Levantar la vista y ver los perros, hacer media cuadra y estar al lado del río, sentir el ruido del río, la calidez de la gente, que pase por al lado sin conocerte y te salude. Eso en Buenos Aires no pasa. Por eso queremos ver si podemos hacer algo allá”.

Próximamente, se encontrarán en el Finde XL de 25 de mayo en el camping de Loncopué. Además, estarán durante todas vacaciones de invierno estarán en el mismo sitio y por Caviahue. Con su proyecto recorren las rutas argentinas. Para conocer más acerca de este proyecto pueden buscarlo en su cuenta de Instagram: manosalaruta


Redacción: Agustina Figueroa

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