Conocé estas 8 áreas protegidas de Neuquén para reconectar con la naturaleza sin salir de la ciudad
- descubritudestino
- 21 ago
- 4 Min. de lectura
Hoy te contamos cuáles son, por qué son tan importantes y cómo podés disfrutarlas (sin dañarlas).

A esta altura del año, la escapada de la rutina ya no es un deseo sino una necesidad. Quedarse en casa siempre es un planazo para desconectar pero los paisajes naturales que tenemos al alcance de nuestros pies también son tentadores para visitar al salir del trabajo, para descansar después de estudiar, para pasar la tarde en familia o para tirarse a tomar mates y leer un libro.
Entre esas opciones ideales, las Reservas Naturales Urbanas o Áreas Protegidas destacan porque son espacios naturales que resguardan ambientes típicos de la región, como paisajes, flora y fauna, dentro o cerca de la ciudad.
Para proteger el patrimonio natural y cultural dentro del entorno urbano, en 2010 se creó el Sistema Municipal de Áreas Protegidas (SIMAP). Su objetivo es garantizar la conservación y protección de esas zonas, a la vez que ofrecer experiencias educativas, recreativas y sensoriales únicas para reforzar un vínculo sano con el ambiente que nos rodea.
En Neuquén existen 7 de estas áreas municipales, más una 8va que pertenece a la administración de la Universidad del Comahue. Entre todas protegen zonas de barda, cuencas hídricas, ecosistemas de monte, humedales urbanos y el ambiente ribereño, y permiten disfrutar de caminatas, miradores, observación de aves, senderos interpretativos y más.
¡Este finde salí de casa, mirá alrededor y redescubrí la naturaleza que todavía late dentro de la ciudad!

Conocé las 8 áreas protegidas de Neuquén
1. Parque Regional Bardas Norte
Ubicado en el norte de la ciudad, este parque tiene 300 hectáreas y es uno de los más concurridos: ¡lo recorren unas 20.000 personas cada fin de semana! Ideal para hacer senderismo, correr, observar aves o simplemente respirar aire puro.
Cuenta con más de 16 km de senderos de distintas dificultades, miradores panorámicos y una biodiversidad que te va a sorprender. Por esta y otras zonas de caminata, Neuquén fue declarada Capital Nacional del Senderismo Urbano.
Accesos: Avenida Argentina y Riavitz (Plaza de las Banderas) y calles Jesús María y Mandalari (contiguo al Observatorio Astronómico).
2. Patrimonio Natural Ecológico Laguna San Lorenzo
Entre los barrios San Lorenzo Norte y Sur, esta laguna artificial se originó por la extracción de áridos en los ‘60 y ‘70 y, con el tiempo, se transformó en un humedal urbano clave para la ciudad porque colabora en la prevención de inundaciones.
Hoy es hábitat de más de 80 especies de aves y un lugar ideal para aprender sobre su valor ecológico. Tiene un sendero interpretativo de 1.320 metros, señalizado con estaciones educativas. No es apta para bañarse pero sí para observar, caminar y asombrarse.
El área se ubica entre las calles Dr. Ramón, Racedo, República de Italia y Necochea. El acceso principal se encuentra desde el Parque del Oeste, calle Dr. Ramón, entre Racedo y Necochea.
3. Parque Bardas Soleadas
Un espacio increíble para mirar la ciudad desde otro ángulo. Protege parte del frente de barda y tiene un gran valor para la comunidad científica porque permite realizar estudios e investigaciones sobre su importancia ecológica. Sus senderos interpretativos de distintas dificultades te llevan por un viaje entre geoformas, estratos, colores y vistas impactantes con miradores panorámicos.
Accesos: calles Catriel y Canelo, o Arabarco y Sauco.

4. Parque de los Dinosaurios
¡Sí, en Neuquén hay un parque donde se encontraron restos fósiles de dinosaurios! Se hallaron cáscaras de huevos de dinosaurios e invertebrados, e interesantes perfiles estratigráficos. Además de tener valor paleontológico, ofrece vistas paisajísticas únicas y es un punto clave para entender nuestra historia geológica.
Acceso: intersección de calles Novella y Los Paraísos.
5. Parque Ribereño Río Neuquén (Parque Agreste)
Si querés salir del paisaje de bardas y adentrarte en la vegetación ribereña, este lugar es para vos. Tiene más de 4 km de senderos ideales para caminar o andar en bici, y es refugio de cisnes, garzas, patos y otras aves ribereñas, así como de flora autóctona y especies invasoras como el sauce criollo, sauce mimbre, macizos de olivillo, fresnos y eucaliptos.
Acceso: desde el barrio Rincón de Emilio, por las calles Océano Índico y Mar Caspio.
6. Parque Ribereño de la Confluencia (Península Hiroki)
Acá podés recorrer la unión de un brazo del río Neuquén con el Limay. El sendero agreste de 2 km te lleva por pastizales y bosques ribereños, con hermosos paisajes, flora y fauna para deleitar todos los sentidos. Un lugar muy especial para desconectar.
Acceso: calle Obrero Argentino y costa del Río Limay.
7. Parque Ribereño Perlas del Limay
Este parque combina balneario, vegetación, pequeñas lagunas y ¡muchísima avifauna! En pocos metros podés pasar de sombra de arboleda bien frondosas a espacios abiertos donde observar patos o garzas. Además, cuenta con instalaciones del balneario municipal Valentina Brun de Douclot para disfrutar el verano.
Acceso: calle Futaleufú, en la costa del río Limay, se encuentra el acceso al balneario.
8. Parque Universitario Provincia del Monte
Administrado por la Universidad Nacional del Comahue, este parque cierra el circuito de áreas protegidas de Neuquén con una propuesta que combina ciencia, educación y conservación ambiental. No es solo un espacio académico: también funciona como un verdadero pulmón verde para la comunidad.
Este parque se encuentra dentro del predio de la universidad en la zona alta de la ciudad, y es fruto de un proyecto impulsado por la Escuela de Salud y Ambiente (ESSA) junto con las Facultades de Ciencias Agrarias y de Ciencias de la Educación.
El objetivo es claro: proteger y recuperar ecosistemas regionales que suelen ser pasados por alto.

Reglas simples para cuidar estos espacios
Si vas a visitar alguna de estas áreas, recordá:
No dejes residuos (¡ni huellas!)
Hacé fuego solo en lugares permitidos
No alteres la flora ni la fauna
Mantenete en los senderos habilitados
Disfrutá en silencio: los sonidos de la naturaleza valen la pena
Estos lugares no son solo puntos verdes: son aulas al aire libre, son lugares para encontrarnos con otros, con nosotros mismos y con nuestra historia. Así que ya sabés: exploralas, conocelas, disfrutalas… y cuidalas. Porque cuanto más las valoramos, más fuertes se vuelven.
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