El recuerdo de una gran persona, vuela alto Mario Longhi
Antes de empezar a escribir, tuvimos un viaje por esos recuerdos de los distintos momentos donde visitamos Bariloche y todos los días era parte de nuestra hoja de actividades ir a disfrutar la comida de La Fonda del Tío. Lugar emblemático que te hace sentir como en casa desde el primer momento que ingresas, hasta que salís con la panza que revienta.
Abundancia en todos sus platos, con una cocina a la vista y platos artesanales que son un espectáculo por sus colores y sabores. Era enero de 2015 donde por primera vez íbamos a La Fonda, todos nos habían dicho de ir temprano porque se llenaba y a veces la cola se hace larga. Es por eso que cerca de las 12 del mediodía ya estábamos afuera esperando para entrar. En esa primera llegada nos recibe una persona que se distinguía de todos y nos sugiere donde sentarnos. Una mesa con vista al Lago Nahuel Huapi, un mozo viene a contarnos los platos del día y nos pone a disposición la carta. Elegimos la mística milanesa que nos habían recomendado en el hotel que estábamos parando acompañado de unas tortilla casera. Un par de minutos pasaron que se acercó la persona que nos había recibido a la mesa preguntando si estábamos bien y entre charla va charla viene, nos comentaba quien es, Mario Longhi, dueño de La Fonda del Tío.
Después de esa charla donde recordaba sus visitas a la Ciudad de Neuquén, se retira y llega a los segundos el mozo con la comida donde la milanesa recostada sobre la cazuela con la combinación perfecta entre tomate y mozzarella, en síntesis, una napolitana única. No olvido de la papa frita que también daban que hablar, sobre todo porque eran de papa verdadera, no de paquete.
Comimos y al retirarnos Mario nos pregunta ¿Cómo lo pasaron chicos? El entusiasmo nos pudo para describirle lo fantástico que estaba todo. Con la promesa de volver cuando podamos.
Es así que al otro día fuimos, y el año siguiente también, y siguieron, siempre con el mismo entusiasmo de todo un equipo que se preocupaba porque uno la pasara bien y disfrute del momento y la comida.
Basta de pasado, vamos al 2021, enero de este año donde la pandemia desaceleró su ritmo, pero seguía presente. Noche de sábado, era tarde ya, habíamos llegado a La Fonda 23 hs aproximadamente después haber ido a cubrir Bariloche a la Carta, entramos y nada cambio, Mario nos recibe y nos indica la mesa disponible. El mozo nos cuenta, nosotros contentos de ver al equipo entero después de un 2020 complicado, nos cuenta el plato del día y nos deja la carta. Pedimos, unas empanadas de entrada con una suprema de pollo napolitana con tortilla, una bomba.
A los minutos, viene Mario, no nos recordaba hasta que entre charla va, charla viene recuerda todo. La nota en la radio ese domingo 24 de mayo del 2020, donde compartimos recuerdos y anécdotas del restaurante icónico de Bariloche, unos de los mejores de la ciudad.
Paso todo lo que tenía que pasar, comimos, Mario atento como siempre, comimos y seguimos charlando. Nosotros contentos de volver, encontrar a todo el equipo y conocer a Agostina, su hija que desde el primer momento en plena pandemia estuvo con nosotros para poder coordinar, contarnos un poco más de la larga historia de la Fonda. Al retirarnos ya tarde, con el restaurante prácticamente vacío, pues los comensales ya se habían retirado, se dio nuevamente una hermosa charla más sentida, donde acordamos reencontrarnos en Bariloche o en el valle cuando ellos viniesen para aquí. Luego nos saludamos con un golpe de puño y partimos al hotel.
Hace unos días, nos enteramos que Mario estaba transitando el COVID donde estaba peleándola. Hoy sábado la peor noticia, recuerdos todo se nos vino a la actualidad.
Un recuerdo para siempre de una gran persona que supo ganarse el corazón de muchos, con un objetivo y vocación de servicio muy claro.
Claro nos va a quedar el baldío que supo reconvertir su abuelo, Albino Pisón, para posicionar al emblemático restaurante elegidos por muchos, la Fonda del Tío y que su nieto, Mario Longhi supo seguir trabajando y dedicándole su vida con el amor y la pasión de siempre.