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Golfo San Matías: aventurarse entre la fauna marina y aves

Este finde semana se realizó el lanzamiento de la temporada de avistaje de fauna marina y Descubrí tu Destino estuvo ahí.

Si bien cada experiencia es única e irrepetible nosotros te contamos la nuestra. Lo vivido desde que zarpamos del parador la Serena en San Antonio Este hasta que pegamos la vuelta. Particularmente este fin de semana más de 200 personas tuvieron la oportunidad de disfrutar de Las Grutas y San Antonio, y vivir ese sentimiento mágico de conocer la fauna marina en primera persona.


Si bien este fin de semana se hizo la apertura formal de la temporada de fauna marina, el periodo ideal para poder conocer diferentes especies es entre mediados de agosto y octubre. Cada año las ballenas vuelven a las costas patagónicas para reproducirse y amamantar a sus crías, buscando las temperaturas más cálidas de la región. La especie que más llama la atención es la ballena franca austral pero también hay lobos marinos de un pelo o de dos pelos, delfines nariz de botella, delfines comunes, pingüinos y hasta orcas.


A las nueve menos cinco de la mañana llegamos a Serena, parador náutico, en San Antonio Este, Río Negro. Allí nos estaba esperando Agustín. Un día bastante fresco, pero el sol asomando nos daba indicios de que pronto iba a estar un poquito más cálido. De todos modos, es invierno, asique hay que ir abrigados y quizás alguna campera rompe vientos. Finalmente comenzó la aventura, un bote semirrígido nuevo adentrándose en el mar. La vista al horizonte y un azul marino que enamora.

La primera parada es en el puerto, desde el bote, es en el puerto, un lugar muy importante para la región ya que desde ahí se comercializan, o comercializaban todas las frutas producidas en el valle. Siguiendo un poquito más llegamos a Villarino. Es como una isla dónde los lobos marinos descansan y toman sol. Ahí tranquilos, esperando a que la gente llegue y los conozca en primer plano. Luego de eso, dejamos la costa y cada vez ese pedacito de tierra desde dónde habíamos zarpado se veía más chico. Mar adentro en búsqueda de las ballenas. De repente ver las burbujas. Uno que no conoce quizás ni se da cuenta, pero debajo de cada burbuja está la ballena. Un animal gigante, el doble de la embarcación, que en general busca jugar con las personas visitantes, curiosa como ella sola, aunque hay días que también prefiere descansar. Las ballenas tienen una apnea de 20 minutos, por lo que si te pareció ver una, y luego desaparece, esperá 20 minutos que sin duda tendría que volver a salir.


“La virtud que tenemos en este golfo es la diversidad, que es muy amplia. Nosotros salimos a buscar ballena franca austral, pero también hay delfines comunes, delfines nariz de botella, lobos de un pelo, lobo de dos pelos, pingüinos de magallanes. Dependiendo la época del año nos podemos sorprender con las diferentes especies.” Comentó Agustín de Rupestre, experiencia patagónica.

Si bien la estrella es la ballena franca austral, en el camino se pueden ver los lobos marinos, delfines que realmente aman jugar y acompañar la embarcación durante todo el viaje y hasta pingüinos de magallanes.

Los paseos duran dos horas y cada experiencia es por completo distinta. De hecho, los grupos son reducidos, lo que permite una interacción con el entorno de forma más íntima y personal.


“En un día hacemos 3 ó 4 salidas y son todas diferentes. Una es diferente a la otra. Durante el mes de agosto mucha gente nos viene a visitar. A las 9 de la mañana estamos con la primera salida y terminamos a las 5 de la tarde con la última salida. Cada dos horas programamos una salida.” Agregó el prestador.


Sin duda es una experiencia que merece la pena ser vivida. A nosotros no encantó y queremos volver y seguir adentrándonos en el fantástico mundo de las especie y fauna marina. Conocer lo que nos rodea y las maravillas que esconde el mar.




Redacción: Lic. Andrea del Pilar Vauthay

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