Receta fácil de medialunas de manteca caseras y deliciosas sin TACC
- descubritudestino
- 5 ago
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Pasó el Día del Panadero y la Panadera, y como el clima está súper nublado y frío tenemos las excusas perfectas para traer una buena receta artesanal y sin gluten.

Las medialunas, un clásico argentino esencial en la merienda o desayuno. Bien esponjosas, las hay de manteca, de grasa, dulces, saladas, rellenas, simples, con jamón y queso, con dulce de leche y… bueno, un montón de opciones más. Sin embargo, para las personas que comen sin TACC, encontrar este manjar puede resultar un desafío así que traemos una opción súper esponjosa y rica para hacer en casa.
Como los ya conocidos nombres de las facturas argentinas, que fueron bautizadas por panaderos anarquistas para satirizar a figuras de autoridad como la policía, el ejército y la iglesia, las medialunas también tienen un origen bélico pero que se remonta al siglo XVII en Austria.
Se dice que, durante la expansión del Impresión Otomano hacia la ciudad de Viena, las tropas invasoras cavaron un túnel para burlar la defensa que ya había frustrado sus planes con anterioridad. Sin embargo, la acción se realizó en la madrugada mientras los panaderos trabajaban, y fueron ellos quienes dieron aviso de la invasión.
Para agradecer su accionar, el emperador Leopoldo I les permitió llevar espadas en el cinto, lo que solo estaba habilitado para autoridades y militares. En agradecimiento, los panaderos crearon un bocadillo en forma de medialuna que, según se dice, era para burlar la bandera del Imperio Otomano.
Con el tiempo, ese bocado viajó a Francia con María Antonieta y terminó por nacer el croissant (“media luna creciente”). Por su parte, la medialuna argentina surgió de una reversión de ese primer bollo bélico con influencias de la panadería danesa y, por supuesto, de la tradición rioplatense.
Desde Descubrí Tu Destino pusimos manos a la masa para traer una receta fácil y accesible, aunque poco rápida porque lleva un buen tiempo de elaboración. Paciencia, lectores y lectoras, que el resultado final es tan satisfactorio como ser panadero y cargar con una espada en la cintura.

Ingredientes:
10 gr de levadura seca o 50 gr de levadura fresca
100 cc de agua tibia
1 cucharada de azúcar
200 gr de almidón de maíz
100 gr de fécula de mandioca
50 gr de harina de arroz
50 gr de leche en polvo
Opcional: si no querés usar almidón de maíz, fécula de mandioca, harina de arroz ni leche en polvo, reemplazalos por premezcla (aunque el resultado no será igual)
1 cucharadita de polvo para hornear
1 cucharada de goma xántica
100 gr de azúcar a elección (blanca, negra o mascabo)
1 huevo
100 cc de leche tibia
Ralladura de cáscara de limón, de naranja o esencia de vainilla. Con esto elegís qué sabor darle así que dejá correr la imaginación.
1 cucharadita de queso crema
100 gr de manteca a temperatura ambiente (podés reemplazar por margarina vegetal)
Paso a paso:
Mezclá la levadura con la cucharadita de azúcar y agua tibia. Dejá reposar hasta que se forme espuma y termine de activar la levadura.
En un bol incorporá los secos: almidón de maíz, fécula de mandioca, harina de arroz y leche en polvo. Si no querés ponerle tantas opciones distintas, podés reemplazarlas por premezcla.
Meté el polvo para hornear, la goma xántica y el azúcar, y mezclá hasta que quede todo bien incorporado.
Añadí la levadura ya bien espumosa y seguí con la mezcla.
Sumá el huevo, la leche tibia y el sabor que hayas decidido ponerle (ralladura de limón, de naranja, esencia de vainilla…).
Colocá el queso crema y la manteca pomada, y mezclá todo hasta lograr una masa bien pegajosa.
Pasala a una superficie previamente enharinada (sin TACC, obvio) y seguí amasando. Si la preparación está muy pegajosa, ponele harina de a poco a medida que lo necesite.
Amasá hasta que la masa esté lisa, envolvela en papel film y dejala reposar 1 hora en un lugar cálido.
Estirá con palo hasta formar un rectángulo de entre 3 y 4 mm de espesor y recortá los triángulos isósceles (dos lados iguales y uno más corto). Mientras más grandes sean los recortes, más potentes van a ser las medialunas.
Si querés que tus facturas sean rellenas, poneles el pedacito de sabor que quieras en la base del rectángulo.
Enrrollá desde la base hacia la punta. Una vez que estén listas tapalas con papel film y dejalas reposar una última vez cerca del horno hasta que aumenten su tamaño.
Llevalas a horno fuerte (precalentado) y cocinalas durante 15 minutos.
Si creés que van a sobrar, cuando estén tibias (no calientes) metelas en una bolsita zipploc y mandalas al freezer hasta la próxima ocasión.
Si las comés en el momento, mandales una pincelada con almíbar apenas salen del horno y listo. Prepará tu infusión favorita y a disfrutar.
Redacción: Agustina López
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