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Emprendedoras de Neuquén transforman vidrio reciclado en arte con vitrofusión

  • Foto del escritor: descubritudestino
    descubritudestino
  • 16 abr
  • 5 Min. de lectura

Felicitas y Mirta son vecinas y amigas desde hace más de 30 años. Juntas crearon Abrojo Vitrofusión, un emprendimiento artesanal que convierte restos de vidrio en piezas únicas y coloridas para celebrar el reciclado, la creatividad y el trabajo en comunidad.

(De izquierda a derecha: Mirta y Felicitas)


En un rincón del oeste neuquino, el patio de una casa rebosa de vidrios. Entre mates, perros y gatos, Felicitas y Mirta se ponen manos a la obra para darles una segunda vida. Con la técnica artística de vitrofusión, esos requechos de material se transforman en elementos para usar en el día a día. Nos abrieron las puertas de su hogar y desde Descubrí Tu Destino te acercamos su historia en este Día Mundial del Emprendedor y la Emprendedora.


La vitrofusión consiste en fundir vidrios a altas temperaturas para crear piezas únicas. Cuadros con frases, tablas con poemas, cuencos, platos, bowls, tutores, rejillas, porta sahumerios, juegos de vajilla, hasta bandejitas con forma de pizza son algunos de los productos que se hacen en Abrojo Vitrofusión. Todo con mucho color, para darle un toque de vida al hogar.

Las amigas se conocieron en 1991 cuando se mudaron al barrio con el plan de viviendas. En ese entonces solo había 22 casas con un patio en común, así que desde hace más de 30 años que comparten hijos, escuelas, centros de deportes y más. “El hospital Heller no existía, la avenida Godoy era una huella; esto era la nada misma, médanos, basurales. Ir al Centro era una odisea, organizábamos todas las salidas juntos”, recuerdan.


En 2015, Felicitas era directora en un jardín de infantes pero necesitaba un escape, y la vitrofusión siempre le llamó la atención, casi como si estuviera latente dentro de ella. Por su parte, Mirta se dedicaba a la producción y venta de bombones. “Yo nací detrás de un mostrador, yo sé vender. Hay cosas que ya las sabés de naturaleza”, comenta.

Primero se anotaron en un curso de vitrofusión en Centenario. Como todavía no feriaban, las producciones se acumulaban y se convertían en regalos. En 2021, se anotaron en la Feria Neuquén Emprende y empezaron a vender y a capacitarse como emprendedoras. Les fue tan bien que con lo recaudado compraron el horno, la pulidora y otros materiales para construir un taller propio.


Lo que empezó como un hobbie, pronto se convirtió en un trabajo colectivo porque toda la dinámica familiar también se volcó en el proyecto: los nietos que aprenden a escribir son los que ayudan a anotar. Quienes tienen mayores conocimientos (como Carolina, hija de Felicitas), colaboran con la comunicación, fotografía y cartelería. Otros ceban mates, hay quienes ayudan en la carga, descarga, embalaje y armado de los stands.

(Felicitas, Mirta y Carolina)


De la misma manera, toda la familia, junto con vecinas, vecinos, amistades, personas conocidas, hasta comerciantes de la zona colaboran con los vidrios reciclados. Cualquier pedacito es bienvenido, ¡hasta recolectaron material de camiones volcados que iban a quedar en el olvido! “Estar atentas al reciclado es tan lindo como pintar. Todo sirve”, afirman. Los restos que sobran y que no alcanzan para armar piezas, son llevados a un contenedor de la municipalidad para que sea reciclado.


El proceso de producción es bien artesanal, se hace todo a mano, pieza por pieza y lleva entre dos y tres días. Si bien las dos producen, pintan, cortan y van a las ferias, Felicitas hornea y hace las compras, y Mirta se orienta hacia las ventas. “El ying y el yang, nos complementamos”, sostiene Mirta entre risas.

Para Mirta, ser artesana es poder ponerle color y transformar un rectángulo, una hoja de vidrio transparente que no dice nada, en algo útil. Para Felicitas, es una actividad que te hace volar, un trabajo terapéutico y útil a la vez que se relaciona con los estados de ánimo. Para Mirta, Abrojo Vitrofusión puede definirse en una palabra que lo abarca todo: satisfacción. Para Felicitas, el proyecto es placer, (mucha) creatividad y disfrute.



Así se hace una pieza en Abrojo Vitrofusión

Primero se elige el vidrio de acuerdo a lo que se quiere producir. “Ya no le tenemos miedo al vidrio, tampoco tenemos huellas digitales”, sueltan las dos entre risas.


Como cada pieza tiene su propio tamaño, el segundo paso es medir, marcar, cortar y sacar lo afilado de los bordes. ¡A cuidar esas huellas digitales!


Una vez que el corte está listo para usar, se comienza con el diseño. Se selecciona el dibujo, se delinea con un plumín ¡y a pintar el fondo! La tinta del paso previo servirá como barrera de contención para que los pigmentos no se corran por fuera del dibujo.


Cuando la pintura está seca, se prepara la pieza para hornear. Esto incluye elegir el molde y espolvorearlo con un desmoldante, para que el vidrio tome la forma pero no se funda con el material. Tras armar un tetris con los productos para aprovechar todos los huecos que haya en el suelo del horno, empieza la magia invisible. “Me encantaría saber qué pasa adentro del horno porque es un misterio”, comenta Mirta.


Cuando la horneada termina, se limpia el desmoldante con un pincel y cada pieza es lavada con agua. Sigue el secado y armado del packaging (también artesanal, por supuesto), y listorti. Ahora solo queda encontrar un espacio donde guardar la pieza. Por suerte, los hijos de Felicitas y Mirta ya volaron del nido, así que tienen lugar de sobra.


El producto infaltable para el hogar

Las piezas que más vuelan son los cuenquitos 10 x 10 cm. De acuerdo a las amigas, es un ítem que sirve para regalito, para poner una mermelada, queso crema, pasas de uva, aceitunas, quesitos, hasta para poner los brackets, hacer ungüentos con cremas, poner los anillos y de cenicero. “El vidrio es noble, lo lavás y listo”, sostienen. Otro de los más solicitados es la bandejita de 13 x 25 cm, que sirve para poner tostadas, dulces, caramelos, la llave, lapiceras, fruta, etc.


Esto es prueba y error con los distintos tipos de vidrios, formas, texturas y colores”, menciona Felicitas. Como el vidrio cae como quiere, no hay dos piezas iguales. De la misma manera, intentan no repetir diseños aunque sí motivos: las flores son infaltables, todo hecho con mucho color y creatividad. “Yo no respeto los colores, por ahí me pinta hacer hojas rosadas y las hago”, dice Mirta. También hacen algunas piezas con la técnica decoupage, que es vidrio intervenido con servilleta, y otras alternativas como, por ejemplo, con la utilización de vidrios dobles para generar burbujas.


¿Dónde se encuentran los productos de Abrojo Vitrofusión?

- Instagram: @abrojovitro

- Dos sábados al mes en Café Moza, donde participan con otras artesanas en una pequeña muestra fija con bijouterie, tejido en crochet, velas, cerámica, cuero, bolsos y más: @mozacafe.ar

- Feria Neuquén Emprende (que no tendrá ediciones hasta mediados de año)



Redacción: Agustina López

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